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¿Alguna vez te quedas en blanco cuando alguien te habla en un idioma extranjero?

Esto no es sorprendente entre los recién llegados o los turistas que interactúan con los lugareños. Pero, ¿qué pasa si ha estudiado ese idioma, incluso durante años, y no se le ocurren palabras cuando el hablante nativo espera su respuesta? Nada. Puede hacerle cuestionar todo el esfuerzo y progreso que ha hecho en el aprendizaje del idioma hasta este momento alarmante de “nada”.

¿Qué pasaría si te dijera que los escenarios en blanco y en segundo plano son tanto naturales como normales ... posiblemente una buena señal? Nos pasa a la mayoría de nosotros y la razón es simple. Lo más probable es que nos hayan condicionado a aprender a través de la repetición: el acto de crear fragmentos o patrones de nueva información y repasarlos las veces suficientes para mantenerlos.

Este modo de aprendizaje denominado centrado ha sido tradicionalmente preferido por la mayoría de las escuelas, incluso para la enseñanza de idiomas. Aprendemos a conjugar en varios tiempos y a usar algunos pronombres y algunos conocimientos de vocabulario. Estas tareas enfocadas dejan bits y piezas de información flotando libremente en nuestro banco de memoria de idiomas.

Pero sin conexiones entre ellos, aplicar lo que hemos aprendido en el mundo real sigue siendo un desafío. El recuerdo es una de las herramientas más poderosas de tu mochila cerebral. El modo de aprendizaje difuso es la novedad en la educación. Implica habilidades de pensamiento de alto nivel y la capacidad de ver el panorama general.

Dos innovadores famosos, Salvador Dali y Thomas Edison, practicaron el aprendizaje difuso para aprovechar sus poderes de inspiración. Se sabía que se sentaban en un sillón con las manos colgando sobre el borde, sosteniendo un objeto pequeño.

Cuando entraban en el sueño, el objeto caía y se despertaban en un estado difuso. De allí surgieron muchos de los inventos y obras maestras que dejaron como legados al mundo. Puede aprovechar su propia mente difusa durante el ejercicio, la meditación, escuchar música o incluso dormir.

Involucrarse “sin pensar” después del aprendizaje enfocado le permite a su cerebro asimilar todo lo que ha aprendido y reorganizarlo en algo cohesivo y conectado. Curiosamente, es cuando estamos "subiendo de nivel" en nuestro aprendizaje de idiomas a través de este proceso de síntesis que tendemos a quedarnos en blanco.

Este blanco conduce al "síndrome del impostor", el "¿a quién engañabas para intentar algo nuevo?" línea de cuestionamiento y duda. En lugar de hundirte en una situación de alto estrés, tu cerebro en realidad está tratando de pensar en forma difusa. Si te detienes y miras, eso es lo que sucede también cuando estás hablando en inglés.

La mente da sentido a las cosas haciendo tantas conexiones como pueda en un segundo. Cuando escuchamos un idioma extranjero tendemos a no confiar en nosotros mismos, pensando que el único camino hacia la comprensión son las palabras. Si prueba el experimento anterior, puede descubrir que comenzará a comprender de qué está hablando la gente, sin muchos detalles.

Este es el primer paso del aprendizaje real.