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Gut Health and Mental Health Interlinked

Scientists back in the 19th and early 20th centuries claimed that inflammation of the gut led to anxiety, depression and other mental illnesses. Thanks to these studies, a newly heightened attention was placed on this connection between our emotions and the status of our gut health. 

Diseases involving gut health seem to be most prevalent in the Western societies. This could be attributed to the consumption of highly-processed food and to unhealthy lifestyle habits that many of us may have had as children and continued as adults. 

Eating too many processed foods (generally, packaged food) can lead to leaky gut syndrome and/or other manifestations of gut inflammation. Inflammation of the gut is intertwined with inflammation of the body, and linked with negative mental health outcomes.

The bacteria of the gut is crucial for our immunity and health. Prolonged inflammation of the gut (chronic inflammation) causes imbalances in our gut bacteria, which can enable the development of serious mental health imbalances like anxiety and depression and other types of disharmonies in the body.

This happens because of a type of signalling between your brain and your gastrointestinal tract; they are constantly in communication!

Disruptions to these systems are often responsible for our stress responses, and our stress responses impact our overall behavior. 

Other examples that can be correlated directly to your gut health are: 

  • Changes in mood
  • Sleep issues, from restlessness to insomnia
  • Weak immune system — according to Ayurvedic Medicine, health always starts with good digestion
  • Skin problems

If this information resonates with you, it is time to really evaluate your eating habits and lifestyle decisions. Avoiding a health issue because of fear of change won’t make that problem disappear. It will only hide it until it becomes so big and uncomfortable that you won’t have any other choice but to acknowledge it and do something about it. 

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Salud intestinal: salud mental entrelazada

Los científicos del siglo XIX y principios del XX afirmaron que la inflamación del intestino provocaba ansiedad, depresión y otras enfermedades mentales. Gracias a estos estudios, se puso una mayor atención a esta conexión entre nuestras emociones y el estado de nuestra salud intestinal.

Parece que todas estas enfermedades relacionadas con la salud intestinal son más frecuentes en las sociedades Occidentales y esto podría ser el resultado de los alimentos altamente procesados ​​y el pobre estilo de vida que muchos de nosotros pudimos haber tenido de niños y aún mantenemos de adultos.

Comer demasiados de estos alimentos procesados ​​(alimentos empacados) puede provocar síndrome de intestino permeable u otras manifestaciones de inflamación intestinal. La inflamación del intestino se entrelaza con la inflamación del cuerpo y se relaciona con mayores niveles de problemas de salud mental.

Las bacterias del intestino son cruciales para nuestra inmunidad y salud.

La inflamación prolongada del intestino (inflamación crónica) causa desequilibrios en nuestras bacterias intestinales, lo que permite la aparición de graves desequilibrios de salud mental como ansiedad, depresión y otro tipo de desarmonías en el cuerpo.

Esto sucede porque hay un tipo de señalización que ocurre entre su cerebro y su tracto gastrointestinal; ¡están constantemente en comunicación!

Las alteraciones en estos sistemas a menudo son responsables de nuestras respuestas al estrés … y nuestras respuestas al estrés afectan nuestro comportamiento general.

Otros ejemplos que pueden correlacionarse directamente con su salud intestinal son:

  • Cambios en el estado de ánimo.
  • Problemas de sueño, desde inquietud hasta insomnio.
  • Sistema inmunitario débil: según la medicina ayurvédica, la salud siempre comienza con una buena digestión.
  • Problemas de la piel

Si esta información resuena con usted, es hora de evaluar realmente sus hábitos alimenticios y decisiones de estilo de vida. Evitar un problema de salud por miedo al cambio no hará que ese problema desaparezca. Solo lo ocultará hasta que se vuelva tan grande e incómodo que no tenga más remedio que reconocerlo y hacer algo al respecto.

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