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Con miles de islas que se extienden a lo largo de miles de kilómetros, Indonesia es tan grande que decir que la has visitado es demasiado vago: visitas Java, Borneo, Sumatra, Bali, Sulawesi, etc. En esta parte de nuestro viaje alrededor del mundo, te Visitó las Islas Menores de la Sonda. Las Sundas Menores son la cadena de islas más al sur de Indonesia que se extiende desde Bali hasta Timor. 

 

Desde la caminata para tomar la mejor fotografía turística en la isla Padar, hasta las playas Dragons y Pink Sand de Komodo, y los lagos volcánicos triples y de diferentes colores de Flores, esta es una tierra de gran belleza y maravillas. También son una zona culturalmente interesante, donde musulmanes y cristianos han convivido sin conflictos durante cientos de años y todavía se practican culturas aborígenes. Disfrute de las vistas y los sonidos de Indonesia en estos vídeos de nuestro viaje La vuelta al mundo en 40 días.

 

Cultura y conflicto: los balleneros de la isla Lembata

Nuestra penúltima isla para visitar fue la más fascinante y colorida, la isla Lembata.

 

En esta pequeña isla volcánica en el mar de Savu, tan remota que otros indonesios la llaman “La tierra que queda atrás”, viven los lamaleranos: una tribu de 1,500 cazadores-recolectores que son los últimos balleneros aborígenes de subsistencia del mundo. Han sobrevivido durante medio milenio cazando ballenas con arpones de bambú y botes de madera hechos a mano impulsados ​​por velas de hojas de palma tejidas. Son el tema del libro “The Last Whalers”, de Doug Bock Clark. 

 

Los barcos están alojados en cabañas con techo de paja en la playa, cada una de ellas pintada de colores brillantes con símbolos tradicionales de protección. Algunos de los barcos se han transmitido de generación en generación y muchos tienen cientos de años.

 

Todo el pueblo estuvo presente para recibirnos, siendo los primeros extranjeros en visitarnos desde el inicio de la pandemia en 2020. Nos llevaron al centro del pueblo y nos obsequiaron con bailes locales que representan su cultura de subsistencia y demostraciones de cocina, tejido y herreros fabricando arpones para sus barcos balleneros.

 

Luego nos dirigimos al mar para una demostración de sus antiguas prácticas balleneras, en la que los arponeros se lanzaban desde la proa con la fuerza de su lanzamiento. Fue una visita interesante, ya que su forma de vida está al borde del colapso, bajo el ataque de las fuerzas rapaces de la era moderna, el cambio ambiental y la presión del sentimiento anti-caza de ballenas. El día nos dejó intrigados pero confundidos, ya que los teléfonos móviles y las antenas parabólicas parecían una contradicción con la tradición y la idea de la caza de ballenas de subsistencia.

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