Conectando todo en el universo

Todo en el universo es geométrico. Ya sean personas, plantas, animales, estrellas o planetas, la lista continúa. Cualquier cosa en el universo se puede medir en una escala geométrica, incluso la creación misma. Todo proviene de un antiguo patrón geométrico llamado La Flor de la Vida, incluso entidades no tangibles como nuestros pensamientos, emociones y música.

Muchas imágenes relevantes también se originan a partir de este patrón en particular, una de ellas es el árbol de la vida. Otro es lo que los antiguos egipcios llamaban El huevo de la vida, que consta de ocho círculos que se forman en un cubo. Ese cubo representa nuestro cuerpo físico, las ocho células que componen todo nuestro ser. 

Vivir en un país como Costa Rica nos da la oportunidad de ver tantos tipos diferentes de plantas que contienen esta geometría sagrada. Si se toma un momento para mirar algo tan simple como una hoja, verá la geometría perfectamente construida que forma esa hoja. Todo tiene un patrón, incluso las conchas que vienen del océano. Tomemos el dólar de arena, por ejemplo. ¿Has mirado alguna vez su patrón? Refleja un símbolo universal que se encuentra en el corazón de la Flor de la Vida, llamado La Semilla de la Vida. Está compuesto por un grupo de seis círculos que se miden perfectamente alrededor de uno. Estos siete círculos reflejan nuestros chakras. Forma un colectivo sobre el que se puede entender la creación divina infinita. 

La madre naturaleza siempre nos da pistas sobre la maravillosa geometría que nos conecta a todos unos con otros.

Incluso algo tan simple como un triángulo conlleva una profunda sabiduría ancestral. Muchas culturas y religiones diferentes asocian el triángulo con la Santísima Trinidad. La trinidad representa la unión de la mente, el cuerpo y el espíritu, por lo que nos da la oportunidad de alcanzar la iluminación.