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La precisión es clave cuando el artista costarricense Juan Carlos Camacho coloca su pincel sobre el duro fondo del papel de acuarela. Sin ningún margen de maniobra, Camacho se inspira en la luz y la sombra, al tiempo que presenta contraste, detalle y, a veces, un poco de ambigüedad.

Nacido en Heredia, Costa Rica, Camacho estudió dibujo y pintura durante sus años de escuela secundaria en el Conservatorio Castella y durante su permanencia en la Universidad de Costa Rica. Allí obtuvo títulos en dibujo, pintura y arquitectura.

Camacho destaca que las disciplinas del arte y la arquitectura son mixtas, siempre presentes y mutuamente complementarias. Rara vez los separa.

“La mayoría de mis pinturas están creadas como acuarelas, lo que considero una técnica de gran grandeza”, nos dijo. “Esto permite una espontaneidad ilimitada, al tiempo que implica un riesgo sin margen de error. Para mí, ese es el gran desafío ".

Para Camacho es importante que su arte tenga autenticidad, expresión e impacto.

La arquitectura siempre está implícita en su trabajo, ya que interviene conceptualmente en el diseño, manejo del espacio, equilibrio, contraste y dramatismo. Es la disciplina fundamental que da carácter a sus pinturas.

Como nos dijo Camacho, “Se podría decir que mis cuadros son arquitectura que se manifiesta de forma bidimensional. Pero visto desde la perspectiva opuesta, comparando la pintura con la arquitectura, las pinturas tienen los mismos conceptos de composición, proporción y armonía que un diseño arquitectónico ”.

En sus cuadros “Divertimiento” y “La Luz Final”, Camacho muestra la historia, el tiempo transcurrido y la huella de la construcción, así como las texturas, luces y sombras, colorido y arquitectura. Representan un momento en el tiempo de algo que puede que ya no exista.

Una pieza más melancólica, “El Turbio Fundadero”, es conceptualmente diferente a algunas de sus pinturas arquitectónicas. Aquí Camacho capta el movimiento del agua, los reflejos y vibraciones, pero también el abandono, la desolación y el paso del tiempo.

A lo largo de los años, Camacho ha adaptado la capacidad de identificar, leer y sentir las motivaciones de la pintura, ya sea el intenso juego de luces y sombras, el drama de un paisaje o quizás el detalle desapercibido. En última instancia, nos muestra que las posibilidades son infinitas, ya que organiza y estudia todos los objetivos de un tema, uno a la vez, para crear una serie.

Con participación en más de 100 exposiciones en Costa Rica, España, Italia, Austria, Hong Kong, México, Colombia y Estados Unidos, Camacho ha recibido más de 20 premios, incluido el Premio “Aquileo J. Echeverría” 2012, en bellas artes. del Ministerio de Cultura y Juventud Asociación (Acuarelistas costarricenses), San José. También fue galardonado con el Premio VII Bienal Internacional de Acuarelas y el Premio Museo Alfredo Guati-Rojo DF México.

La Galería de Arte Hidden Garden, a 5 km al oeste del aeropuerto de Liberia, ofrece una exposición permanente de las pinturas de Camacho. Haga una visita para disfrutar de sus extraordinarios talentos.