Costa Rica, un faro de innovación en Centroamérica, fue noticia a finales del siglo XIX por sus pasos pioneros en el mundo de la electrificación. San José, el corazón vibrante de esta nación, se distinguió por estar entre las primeras ciudades a nivel mundial en adoptar la iluminación eléctrica, saltando al centro de atención poco después de gigantes como Nueva York y París. Este logro histórico se desarrolló en la memorable noche del 19 de agosto de 9, marcando un capítulo monumental en los anales del avance tecnológico.
¿Sabías que San José, Costa Rica fue la tercera ciudad del mundo en ser electrificada?
Nueva York, París y luego San José.
Este salto hacia la electrificación fue encabezado por los líderes progresistas de Costa Rica, incluido un grupo de intelectuales y visionarios empresariales que vieron la electricidad como un eje para el progreso económico y social de la nación. El interruptor se activó en 1884, iluminando a San José con un resplandor eléctrico que era más que una simple maravilla tecnológica; simbolizaba el paso de la nación hacia un futuro más brillante y moderno.
El evento que iluminó San José exactamente a las 6:15 pm no fue sólo un espectáculo sino una demostración de ambición e innovación, posicionando a la ciudad como pionera en América Latina en iluminación eléctrica. La energía para estas luces se generó en el distrito de Aranjuez, donde una planta produjo 50 kilovatios para alimentar 25 lámparas de carbón, arrojando una nueva luz sobre el paisaje nocturno de la ciudad.
Este importante paso fue acogido con orgullo nacional, y la planta de energía eléctrica fue un testimonio del ingenio local, inspirándose en la estación Pearl Street de Thomas Edison en Nueva York. La visión de Manuel Víctor Dengo, junto con Luis Beltrán de Guatemala, fue fundamental en este desarrollo, que condujo a la fundación de la Compañía Eléctrica de Costa Rica. Sus esfuerzos marcaron el comienzo de una nueva época para el país, electrizada por las posibilidades.
La introducción de la electricidad transformó profundamente la vida cotidiana en San José. Hacia 1896, la ciudad contó con su primer servicio de tranvía, inicialmente impulsado por caballos y luego electrificado, revolucionando el transporte y la conectividad urbana. A medida que avanzaba el siglo XX, Costa Rica amplió su red eléctrica, incursionando notablemente en la energía hidroeléctrica, aprovechando sus abundantes recursos hídricos para liderar la energía renovable.
Los esfuerzos de electrificación se extendieron a las zonas rurales, lo que tuvo un impacto significativo en el desarrollo nacional. Facilitó avances en educación, atención médica y el sector industrial, reduciendo la brecha entre las comunidades urbanas y rurales y fomentando una sociedad más equitativa.
Costa Rica hoy es un líder mundial en sostenibilidad y energía renovable, y una parte importante de su electricidad proviene de energía hidráulica, eólica y geotérmica. Esta dedicación a la energía verde se alinea con las políticas ambientales más amplias del país, subrayando su compromiso con la conservación y el desarrollo sostenible.
El viaje de la electricidad en Costa Rica, especialmente su temprana adopción en San José, sirve como testimonio del espíritu innovador, la dedicación al progreso y el profundo respeto por el medio ambiente del país. Esta historia no sólo destaca el papel de Costa Rica como pionero tecnológico sino también su compromiso duradero de allanar un camino sostenible para las generaciones futuras.






